Suena el despertador. Un día entre semana como cualquier otro, en un mes como cualquier otro. Es pronto. Fuera apenas apunta el sol sobre la llanura que se alza perezosa, primeros rayos   en la montaña cercana. El día justo empieza. Se aleja, ruidoso, el camión de la basura; los adolescentes, escandalosos, aceleran el paso y las voces con el fin de llegar temprano al instituto; el olor del primer café de la mañana flota en el ambiente; algún ocioso camina lentamente hacia casa después del turno de noche.

Roc se levanta con todas estas ideas y referencias ambientales en la cabeza. Hoy es el primer día de trabajo en el Centro Especial de Trabajo Grapats, que gestiona Caritas de Urgell. Hará de repartidor del proyecto de paquetería sostenible o de kilómetro cero, junto con tres compañeros más. Esta iniciativa nace de la voluntad de ser respetuosos y sostenibles con el medio ambiente pirenaico, por un lado, y de dotar de autonomía a personas que tienen unas capacidades especiales que les permiten realizar el reparto de paquetería a la perfección.

Paqueteria Caritas

Gracias a repartir mercancías con vehículo eléctrico, se ahorran 0,29 kg de CO2 por km recorrido en La Seu.

Todo ello lo coordina una entidad que se llama Koiko, que hace de receptora final de las grandes compañías de logística: DHL, SEUR, Celeris… Uno de los principales objetivos de Koiko es, justamente, minimizar el impacto que genera el aumento desmesurado de las compras por internet. Por eso apuesta por un reparto de última milla, el último tramo una vez los paquetes han dejado las grandes rutas aéreas, navales, ferroviarias o por carretera. Y lo hace con un reparto consciente, libre de dióxido de carbono y responsable con la ciudad (se ahorran 0,29 kg de CO2 por kilómetro recorrido) y con la sociedad (ofreciendo oportunidades a colectivos en riesgo de exclusión social). Grapats trabaja codo a codo con Koiko en La Seu d’Urgell.

A Roc le han asignado una bicicleta con carro. Siempre le han gustado las bicicletas, desde que era muy pequeño. Por eso le hace tanta ilusión empezar a repartir por La Seu d’Urgell con este vehículo. De momento, hará repartos pequeños, de paquetes que pesan poco y que no tienen un gran volumen. Son aquellos paquetes que las grandes empresas de reparto no quieren asumir, porque no les sale a cuenta y porque colapsarían el frágil equilibrio viario de pequeñas ciudades. Y aquí es donde entra el Centro Especial de Empleo Grapats, con el asesoramiento y el apoyo de Koiko.   

¡Todo tiene que encajar en un viaje dentro del carro!  Esta alternativa permite reducir la contaminación del entorno y ofrecer, además, un servicio mucho más personalizado, porque cada repartidor se encarga de hacer el seguimiento posterior en caso de que el paquete no se pueda entregar por la razón que sea.   

A primera hora, los repartidores organizan los paquetes por calles y por números, y a partir de ahí se reparten las rutas que harán los tres vehículos que, de momento, hay disponibles: la bicicleta con carro y dos bicicletas más con soporte eléctrico. En los próximos meses está previsto que también se incorpore un vehículo eléctrico, cuyo coste se ha sufragado en parte gracias a la aportación que desde PEUSA hacemos a Cáritas Urgell. Este vehículo permitirá la ampliación del radio de reparto en las afueras de La Seu d’Urgell (aproximadamente una veintena de kilómetros) y gestionar paquetes más grandes. En consecuencia, está previsto que la facturación de Grapats aumente hasta los 3.000 euros mensuales.

Paqueteria furgoneta

Comienza el reparto, con los vehículos y una aplicación móvil que lleva cada repartidor y que controla, al milímetro, toda la entrega: cuándo se entrega, la conformidad del cliente, incidencias como cuando no hay nadie en casa o cuando la dirección es incorrecta… Al final de la jornada, de vuelta a Grapats, de los paquetes que han quedado sin repartir se hace un seguimiento para tratar de concertar una nueva cita de reparto, y se gestionan otras incidencias que hayan podido aparecer durante el día. La mayoría de clientes son particulares (aproximadamente el 75%), mientras que el 25% restante son pequeñas empresas de la zona.  

Y Roc termina su jornada, con el trabajo realizado y la satisfacción de sentirse útil, de experimentar la oportunidad de desarrollar una tarea laboral plena. Él es un miembro de estos colectivos que, en otras circunstancias y en otros ámbitos, tienen muy difícil el acceso a un puesto de trabajo. Y él también tiene la oportunidad de mostrar su excelencia en su nuevo trabajo.

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