El proyecto de apoyo a las personas ‘Alimentos en vacaciones’ que impulsa La Seu Solidària ha ampliado este año su dedicación e incluye a personas mayores, además de consolidar su labor habitual con niños. La primera acción que se ha puesto en marcha con personas mayores supone atender a 4 usuarios, que han podido disfrutar de ayudas destinadas a alimentación de parte de la ONG urgelense. En paralelo, se ha seguido dando respuesta a las necesidades de alimentos frescos en los hogares con niños en períodos de vacaciones escolares. Durante las fiestas de 2021 e inicio de 2022, unas 30 familias de La Seu d’Urgell han sido destinatarias de los recursos que pone al alcance La Seu Solidaria.
La entidad puso en marcha esta línea de ayudas hace más de cinco años y la atención que presta se centra en los períodos de las fiestas de Navidad y Reyes, Pascua y los meses de verano (entre junio y agosto). Tanto para esa acción como para el resto que impulsa, cuenta con donaciones de particulares y empresas. Desde PEUSA estamos implicados, como una forma de seguir vinculados con iniciativas de compromiso con nuestro entorno más inmediato.
Desde PEUSA nos implicamos con La Seu Solidària como una manera de seguir vinculados con iniciativas de compromiso con nuestro entorno más inmediato.
La Seu Solidaria garantiza los mecanismos para que las donaciones económicas recibidas de empresas y particulares y las subvenciones públicas se dirijan a reforzar necesidades de alimentación. Lourdes Porta, vocal de la junta de la entidad, destaca la voluntad integradora de la iniciativa y puntualiza que cualquier contingencia se aborda de manera conjunta con el Consorcio de Atención a las Personas de La Seu d’Urgell, que hace seguimiento en caso de que sea necesario.
Una cuestión de justicia social
Para Lourdes Porta, el objetivo de Alimentos en vacaciones es “hacer más felices a las personas que viven en situaciones precarias”. Generalmente, son familias que disponen de becas de comedor escolar para niños y niñas, así como personas mayores a las que el contexto de pandemia por covid19 ha afectado de forma evidente. Lourdes Porta afirma que «en La Seu Solidaria no hacemos caridad, sino justicia social» y explica que la entidad realiza acciones «muy pequeñas», comparables a un grano de arena. Cómo no puede ser de otra forma, la reacción de las personas destinatarias de las ayudas es muy positiva, según explica su vocal.
La labor diaria de la entidad urgelense se orienta a alcanzar un mundo más justo y más igualitario. Lo hace a pequeña escala, con los que están más cerca, pero con el empuje y compromiso de los grandes proyectos sociales. Forman parte personas totalmente voluntarias que creen en estos valores, de diferentes edades y sectores profesionales y se financia a través de la cuota de los socios, de las donaciones privadas y de las subvenciones que otorgan las diferentes administraciones públicas. A pesar de que su ámbito de actuación más cercano es La Seu d’Urgell y algún municipio de la comarca del Alt Urgell, también colaboran con países como Colombia, Senegal o Burkina Faso.
Indumentaria, inglés y libros
Otras actuaciones de La Seu Solidaria se centran en coordinar y distribuir un servicio de ropero, que se nutre de las aportaciones de los ciudadanos y que proporciona ropa a quien más lo necesita, especialmente en los meses más fríos. Desde su local en La Seu, también se imparten clases de inglés básico para niños en situación de riesgo social, se recoge material escolar y se coordinan becas para comprar libros de texto.
Una de las nuevas líneas que Lourdes Porta se enorgullece de mostrar es el acompañamiento a estudiantes que, una vez terminados los estudios obligatorios en La Seu d’Urgell, deben marcharse fuera de la comarca para continuar su formación. La Seu Solidaria ofrece apoyo económico para hacer frente a gastos como el transporte, la vivienda y la matrícula.
En un momento en que el índice de pobreza y la consecuente exclusión social alcanza porcentajes alarmantes en Cataluña, desde PEUSA nos parece imprescindible apoyar La Seu Solidària. La pandemia de la Covid-19 ha aumentado notablemente el riesgo de pobreza en los hogares catalanes. Y, según datos del IDESCAT, en 2020 el índice de pobreza o exclusión social se sitúa en Cataluña en el 26,3%, un aumento de 2,7 puntos respecto al año 2019. Y aún más: un 13,9% de los hogares catalanes reconocieron haber pedido ayuda o bien a familiares, bien a amigos o bien a entidades privadas y/o religiosas para adquirir bienes básicos.
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